cuanto tarda en degradarse la ropa

¿Cuánto tarda en degradarse la ropa de montaña?

Como te imaginarás, la ropa tarda mucho, mucho en degradarse y, además, la industria textil es una de las más contaminantes del planeta. No queremos ponerte mal cuerpo, pero son datos de interés general que siempre viene bien conocer.

En los materiales sintéticos se hace uso de materias primas fósiles como el petróleo y en el caso del algodón, se tira de recursos naturales con una alta demanda de agua y uso de plaguicidas. Como te habrás imaginado, esto no le hace ningún favor al medio ambiente. Súmale además la emisión de gases contaminantes y de efecto invernadero.

Te contamos esto porque como buenos amantes de la naturaleza que sois como nosotros, son datos que debes conocer y además los que practicamos deporte en la montaña, podemos estar algo más tranquilos ya que lo habitual es que las marcas de montaña específicas y de calidad, tienen unos protocolos de fabricación muy exigentes en cuanto a la obtención de recursos, a la generación de residuos y de contaminantes, pero sobre todo en cuanto a la durabilidad de las prendas.

cuanto tarda en degradarse la ropa

Lo bueno de estas marcas es que son conscientes como vosotros ahora de la importancia de proteger la naturaleza y por ello, especialmente en los que se dedican al textil, hacen especial hincapié en la durabilidad de sus prendas para que no tengamos la necesidad de reponerlas a menudo.

Como te habrás dado cuenta, en montaña no existe tanto el “ir a la moda” sino que los diseños suelen ser siempre bastante atemporales con patrones de colores sencillos y combinables con todo.

A pesar de la durabilidad, llega un momento en el que la ropa tiene que llegar a su final y aquí es cuando nos preguntamos:

¿cuánto tarda en desaparecer?

Algodón.

Normalmente se degrada de una semana hasta cinco meses. Es sin duda uno de los materiales más biodegradables. En un entorno de humedad y tierra puede incluso desaparecer en unos pocos días, aunque luego lo normal es que tarde en desaparecer totalmente en cinco meses.

Lana.

De uno a cinco años. Ya hemos dejado atrás los meses. La lana es una fibra natural y en condiciones óptimas de conservación, dura mucho tiempo, pero en condiciones altas de calor y humedad, tiende a biodegradarse más rápidamente gracias a bacterias y hongos.

Una de las formas más recomendables de deshacernos de la lana es convertirlas en compost.

cuanto tarda en degradarse la ropa

Cuero.

La friolera de 25 a 40 años. El cuerpo es un producto natural, pero se trata de la piel de los animales, por lo general vacunos, lo que supone casi al 100% colágeno. Podrías pensar que tarda poco en degradarse, pero como normalmente lo someten a un proceso de curtido para evitar la acción nociva de las bacterias, su durabilidad es mucho mayor.

Suelas de bota de caucho.

De 50 a 80 años. En su proceso de descomposición, juega un papel importante la humedad.

Poliamida.

De 30 a 40 años. El nailon es un material altamente resistente a la tracción. Sin embargo, se ve afectado con la acción de ácidos y la radiación ultravioleta. Aunque se ha intentado reciclar, el proceso es demasiado costoso.

Poliéster.

De 20 a ¡200 años! Sí, es un marco muy amplio, pero es que su descomposición tiene lugar en pequeños trocitos que pueden quedar en la naturaleza durante demasiados años. Lo bueno es que es un material 100% reciclable así que déjalo siempre en el contenedor de plástico.

Elastano.

Aquí directamente no podemos hablarte de años porque no existen datos con lo que te podrás imaginar, que son muchos. La base del elastano es el poliuretano, un material que es poco reciclable y muy contaminante. Al descomponerse genera micro plásticos así que sería preferible evitarlo.

Como te habrás dado cuenta, la ropa tarda mucho tiempo en degradarse y cuanto mayor calidad tenga y menos necesitemos renovarla, mejor.

esterilla para montaña

¿Cómo escoger tu esterilla para montaña?

Cuando nos toca pasar la noche fuera en plena naturaleza y hay que ir cargado, entre todo el material que vas a llevar, se encontrará una buena esterilla para montaña. Y ojo porque no se trata de llevar una esterilla que sea solo cómoda, sino que es indispensable que sea aislante para evitar las pérdidas de calor y garantizar en cierto modo nuestra seguridad por la noche.

Las esterillas pertenecen a ese tipo de material en el que la gran mayoría de las veces no reparamos o no le damos la importancia que merecen. Acumular noches durmiendo mal y perdiendo calor en las frías noches de montaña, agota, créenos.

A la hora de comprar una buena esterilla, hay dos cosas importantes que debes tener en cuenta sin discusión: que aísle bien del frío y humedad y por supuesto, que también aporte comodidad.

Entrando en materia: el valor R.

¿Valor R? ¿Esto qué es? Se trata de un número muy importante para conocer la capacidad de aislamiento de nuestra esterilla para montaña. Normalmente suele venir indicado. Con este valor sabremos la capacidad que tiene nuestra esterilla para resistir la circulación del calor. Y precisamente por eso se llama valor R, porque mide la Resistencia a transmitir el calor. Cuando mayor sea este valor, menor calor perderemos y más aislados estaremos.

Este valor comienza desde el número 1 (en verano, por ejemplo). Y a partir de 3,5 empieza a ser un valor razonable para el invierno. Ojo: cuánto mayor sea, mejor, pero ten en cuenta que también pesará más. Hemos visto colchonetas de camping de un R igual a 15 pero ¡con 4 kilos de peso!

¿Qué tipos de esterillas hay?

Te va a tocar tener en cuenta 3 factores a la hora de escoger tu colchoneta: el peso, su capacidad de aislamiento y la capacidad de acolchado o comodidad.

Tenemos 3 tipos principales de esterilla para montaña: de espuma, hinchables o auto hinchables.

Esterillas de espuma

Son las clásicas de siempre. Con el tiempo han evolucionado de simples esterillas planas a diseños complicados que minimizan su peso y aumentan comodidad y aislamiento.

Lo bueno de estas esterillas es que pesan poco, pueden llevarse fuera de la mochila, sirven para sentarte en alguna parada, son económicas y duraderas.

Lo malo es que ocupan muchísimo y tienen un valor R bajo. No se recomienda su uso en condiciones adversas de mucho frío.

esterilla para montaña

Esterillas hinchables

Son las más cómodas. Dependiendo del grosor, llevarán más o menos peso. Estas esterillas han evolucionado muchísimo y gracias a los materiales que se usan, se ha conseguido reducir su peso sin afectar a su resistencia.

¿Lo bueno? Comodísimas, se pliegan ocupando poquísimo espacio, son ligeras y los actuales modelos alcanza valores R incluso superiores a 5, lo cual es óptimo para invierno.

Lo malo es que son menos resistentes, pueden pinchar o rasgarse, suelen ser más caras, las fluctuaciones de temperatura modifican la presión del aire y a veces da la sensación de que se van deshinchando y no siempre apetece hinchar la colchoneta a soplidos tras una jornada intensa en la montaña.

Esterillas auto hinchables

La mayoría de personas piensan que son como las anteriores pero que se hinchan solas y no es así. Las que se suelen usar para la montaña son una especie de híbrido entre las de espuma y las hinchables y así combinan la capacidad de aislante de la espuma con la comodidad del aire. Al interior lleva estructura de celdas de espuma con huecos para aire. Y al plegarlas, comprimimos todas esas celdas.

Tienen múltiples ventajas: suelen ser cálidas y perfectas para invierno, más resistentes que las hinchables, evitan la sensación de pérdida de aire, más económicas que las anteriores, con posibilidad de regular la dureza con más o menos aire y sí, se autohinchan, lo que es un puntazo.

También tienen su parte mala y es que son más pesadas que las hinchables, menos compactas al plegarse y tampoco es recomendable su uso con el suelo en exterior.

Y a la pregunta del millón: ¿cuál es la que debes escoger? Pues como buenos gallegos, te diremos que depende de dónde vayas a acampar, de las condiciones climáticas, etc.

Ahora cuéntanos, si tienes ya esterillas: ¿cuál estás usando?

mochila de montaña

Cómo cuidar tu mochila de montaña

Todos sabemos cómo queda una mochila de montaña tras una ruta y más cuando es de varios días. Si queremos que nos dure bastante, toca cuidarla como es debido ya que se trata de uno de nuestros elementos imprescindibles para salir a la montaña.

Por muy fácil que sea la ruta, llana, corta y vayamos de forma relajada, sudamos. Y las sales del sudor es una de las cosas que más deteriora la mochila, especialmente en la parte de los hombros. Además, también están los restos de comida que se puedan filtrar, las cremalleras también pueden sufrir, etc.

mochila de montaña

Si estás pensando en meter tu mochila a la lavadora…stop! No es la mejor opción para los materiales y vamos a contarte cómo debes hacerlo. Toma nota:

  • Mochila totalmente vacía y cremalleras abiertas. Nunca te olvides de los bolsillos interiores. Dale la vuelta y sacúdela bien.
  • Pasaremos después a una limpieza superficial y para ello, hazte con una esponja húmeda, pero sin jabón, y repasa todo el interior aprovechando para eliminar los posibles restos que hayan podido quedar tras la sacudida.
  • Frota después la parte exterior, ahora sí, con un poco de jabón neutro. Acláralo con otra esponja diferente.
  • Al finalizar, cuelga la mochila boca abajo y espera a que seque al 100%.

En casos “extremos” en los que no quede más remedio que hacer uso de la lavadora, primero tendrás que revisar que tu mochila lo admita y eso te lo indicará en su etiqueta porque no todas son aptas para lavar a máquina.

Lo primero será comprobar que nuestra mochila no tiene varillas metálicas en el interior. Si las tiene, hay que quitarlas.

Es mejor que introduzcas la mochila dentro de una bolsa de lavado y evitarás así posibles enganches con las cinchas.

mochila de montaña

Usa siempre detergente neutro. Nada de olores, perfumes ni suavizantes. Escoge lavado en agua fría y sin centrifugado y en la medida de lo posible, que el ciclo de la lavadora no supere la media hora.

Finalizado el lavado, el secado siempre boca abajo y preferiblemente al aire libre ya que usar la secadora, puede dañar los tejidos de la mochila.

Si tu mochila no permite sacar las varillas o no entra en la lavadora, también podrás hacer esta limpieza profunda a mano. Simplemente usa un barreño grande con agua tibia y lo mismo, jabón neutro y un cepillo suave o trapo para las zonas más sucias. Con un cepillo de dientes por ejemplo puedes limpiar las zonas de difícil acceso o cremalleras.

¿Ves qué fácil? Así no solo alargarás la vida de tu mochila, sino que agradecerás tenerla limpia en cada salida.

[CONSEJO] ¡Ah! Si admites un truco por nuestra parte y quieres que tu mochila esté limpia más tiempo, haz uso de un cubre mochilas para protegerla y usa bolsas estancas para la comida y accesorios de baño o limpieza.

Gracias por leer.

sandalias en verano

Sandalias en verano para trekking ¿sí o no?

¿Sabías que existen sandalias técnicas específicamente diseñadas para nuestras salidas de montaña? Todas ellas contemplan un tipo de suela específico, diferentes materiales en la plantilla, formas de ajuste, tratamientos anti humedad e incluso contra el mal olor. Si pensabas que las sandalias no estaban diseñadas de forma exhaustiva como lo pueden estar las botas y zapatilla de montaña, ¡te equivocabas!

Lo primero que hay que preguntarse es: ¿cuándo es recomendable usar sandalias en montaña? Obviamente, toca usarlas en verano o en zonas de mucho calor. Gracias a la sandalias tendremos el pie ventilado, mayor libertad de movimiento y espacio y aliviaremos la sensación de hinchazón en verano.

Eso sí, aunque hablemos de sandalias en verano, no nos engañemos: deberá limitarse su uso a salidas sencillas y evitar salidas técnicas y complicadas. Llevar el pie ventilado está bien pero tendremos que decir hola a la tierra, piedra, hojas, ramas…y no es nada cómodo. Además, a la hora de caminar por cuestas, la inestabilidad con este tipo de calzado es evidente. Con lo cuál: trekkings fáciles en verano.

Y ahora sí: ¿qué le pedimos a una sandalia?

  • Una suela resistente y adherente en mojado. Habrá momentos en los que por muy fácil que sea la ruta, estamos en montaña y tocará atravesar un río, caminar por suelos rocosos o barro y necesitaremos que la sandalia agarre muy bien.
  • Amortiguación adecuada. Y es que queremos las sandalias para ir cómodos y no solo para que el pie transpire. La gran mayoría de sandalias ya están fabricadas con un material mullido y una geometría ergonómica para facilitarle la comodidad a nuestros pies.
  • Materiales suaves. Las sandalias van a estar en contacto directo con nuestra piel al no llevar calcetines. Se suelen usar materiales como la microfibra por un tacto agradable pero también en ocasiones el poliéster por su gran capacidad de transpirabilidad. Muy importante las costuras, que deben estar protegidas para evitar posibles y molestas rozaduras.
  • Tratamiento hidrófugo. ¿A que no se te había ocurrido? No lo contemplan todas pero algunas sí y es un puntazo cuando vamos a realizar actividades en las que pisemos terreno mixto, tanto seco como húmedo porque así conseguiremos que la sandalia no atrape la humedad ni peso al atravesar un río y cualquier resto lo elimine fácilmente.
  • Tratamiento antibacteriano. Esto ya no es algo tan común pero sí que lo tienen algunas marcas de sandalias y para la gente que tiene una gran sudoración en el pie, es estupendo. Con estos tratamientos se impide la proliferación de microorganismos y así se evitará la generación del mal olor.
  • Un buen ajuste. Esto es primordial y la gran diferencia técnica que hará buena a una sandalia y no la convertirá en una mera chancla. Importante los ajustes de talón y antepié.
  • Por último, protección de los dedos, ya que los golpes serán habituales en este sentido. Una buena protección puede restar tener la máxima ventilación pero aquí tendrás que ser tú quién valore qué te compensa más.

Y ahora confiesa: ¿eres de los que alguna vez ha usado calcetines con sandalias? Te leemos!

reducir impacto

Cómo reducir nuestro impacto en la naturaleza


Como buenos amantes de la naturaleza que somos y de la montaña en particular, estarás de acuerdo con nosotros en que debemos proteger y minimizar al máximo nuestras acciones sobre ella además de respetar y preservar todos sus espacios ¿Verdad?

La naturaleza es un recurso muy valioso, pero por desgracia, también demasiado frágil y por ello la intervención humana debería ser la mínima posible, respetándola siempre, tanto a la flora como a la fauna.

Seguramente si piensas en los peligros que acechan a la naturaleza, lo primero que se te vengan a la cabeza son los incendios, que causan una pérdida incalculable y destruyen todo a su paso. Pero también actos cotidianos como abandonar plástico o cualquier tipo de basura o alimento en plena naturaleza, supone un impacto importante que debemos evitar.

¿Qué está en nuestra mano para intentar que la huella que dejemos sea la mínima posible?

  • Planificar el equipamiento que llevemos a la ruta. ¿Por qué llevar de todo y que luego te sobre y estés deseando perderlo de vista? Sé razonable. Estudia el tiempo, el clima, la ruta y escoge bien los recursos que vas a necesitar.
  • Sigue las rutas que ya están señalizadas o marcadas y por supuesto olvídate de marcar tú por tu cuenta y riesgo ninguna ruta. Con ello podrías estar causando la destrucción del hábitat de alguna especie sin saberlo.
  • No dejes residuos. Algo tan lógico pero que por desgracia seguimos viendo di a día. Lo que llevas, debe ser lo mismo que traes de vuelta. Y la basura, debería volver al punto de partida para tirarla en su sitio correspondiente. Regla básica e importantísima en la naturaleza. Nuestra basura no solo puede contaminar el ambiente, sino que también puede convertirse en combustible detonante de incendios y provocar toxicidad.
  • No molestes a la fauna. Es su entorno, están en su espacio, déjalos vivir tranquilos. Evita ruidos, evita intentar tocarlos, tampoco les des de comer. En definitiva: déjalos en paz.
  • Respeta la flora autóctona. No cortes flores ni plantas. Piensa que muchas de ellas quizás son únicas y exclusivas de esa zona y con ellos podrías estar participando en su desaparición.
  • Coger el coche/moto o cualquier vehículo, mejor evitarlo. Si puedes organizar la ruta para utilizar los mínimos vehículos a motor posibles, mejor.
  • Di sí a la reutilización. ¿Qué te parece usar envases reutilizables? Menos plástico o papel de aluminio que después vas a tirar y apuesta por tupes que regresarán a casa para un próximo uso y una vida útil más larga.
    Como ves estos consejos son MUY sencillos y en nuestra cabeza pensamos que muy obvios, pero en las últimas salidas a la montaña nos hemos dado cuenta de que, por desgracia, no hay mucha consciencia aún de la importancia de proteger y cuidar a la naturaleza que nos rodea.
    No seas idiota, ¡y cuídala! 😉
    Gracias por leer
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