Correr en la nieve o, dicho de otra forma: snowrunning. El caso es que se trata de una modalidad emergente entre una de las muchas actividades outdoor y que cada vez tiene más adeptos.
Surgió en los países nórdicos como te habrás imaginado y debido a la cantidad de nieve que podemos encontrar por esos países y además durante prácticamente todo el año. En España toca disfrutar de esta modalidad más bien en los meses de invierno, estación en la que se celebran la totalidad de las competiciones que han apostado por esta peculiar modalidad.
Ojo que correr por la nieve, aunque pueda parecer una actividad sencilla y que inconscientemente todos hemos realizado incluso de pequeños si alguna vez hemos visitado lugares con nieve, no es tarea sencilla y requiere de una muy buena forma física porque el esfuerzo es notable.
La sensación de correr en la nieve genera sensaciones muy distintas a las que habitualmente vivimos corriendo en asfalto o por la montaña sin nevar, pero además requiere de un material específico, mucha técnica y buena gestión de la seguridad, especialmente cuando nos encontramos en desnivel.

Pero ¿qué vamos a necesitar exactamente para practicar snowrunning?
Micro crampones, indispensable.
Y es que la nieve, como ya te habrás imaginado, resbala y mucho. Los micro crampones serán necesarios para movernos con seguridad sobre ella, pero además así podremos traccionar, impulsarnos y tener el tacto suficiente en las bajadas. Te encontrarás con muchas marcas diferentes, pero básicamente son unos cables unidos a una placa con diferentes puntas de distintos milímetros en la parte delantera. Los unimos a nuestro pie mediante un sistema de goma elástica y en algunos casos con unas tiras de velcro para una mejor fijación.
Calzado.
El tipo de zapatilla que vamos a llevar a la nieve dependerá mucho de la temperatura de ese día en la montaña y del estado de la nieve. Por ejemplo, si estamos en una cota elevada y la temperatura es muy baja, el calzado con polaina y membrana de Goretex será una buena opción.
Calcetines y ropa.
Poco que añadir aquí que no te imagines ya: ropa que abrigue y aísle bien del frío y nos mantenga calientes.

Snowrunning en marcha.
Con todo el kit de ropa y material listo, toca ponerse en marcha y tener en cuenta siempre:
Los riesgos.
Hay que conocerlos y evaluarnos. Ser siempre conscientes de ellos. Las avalanchas de nieve o las caídas en agujeros por rotura del manto son de lo más habitual. Si no tienes experiencia, te aconsejamos ir acompañado de un profesional y por zonas conocidas y terrenos seguros.
Tranquilidad.
Si es de tus primeras veces, relax. Tómatelo como una toma de contacto. Un nuevo medio requiere de una adaptación que no siempre se hace tan rápidamente como nos gustaría.
Técnica. Muy importante.
Te va a tocar escoger de forma muy estratégica dónde vas a colocar cada pisada para que sea lo más segura posible y evitar caídas y resbalones. Ten en cuenta que las bajadas van a ser casi en el 90% de las ocasiones lo más peliagudo y dónde más ojo vas a tener que poner.
¡Y poco más que añadir! Lo que siempre te decimos: rodéate de buenos profesionales del sector. La seguridad es sin duda la prioridad número uno.
¿Has hecho alguna vez snowrunning? ¡Cuéntanos!